El impulso del mercado de valores en Ecuador ha tomado un nuevo protagonismo con la propuesta de que las empresas públicas coticen en bolsa. Esta iniciativa no solo busca democratizar el capital de dichas entidades, sino también promover una cultura empresarial más transparente, eficiente y alineada con estándares internacionales. Para las firmas de auditoría, contabilidad y consultoría, este escenario representa una oportunidad clave para aportar conocimiento técnico y fortalecer la confianza en el entorno corporativo.

La cotización bursátil exige cambios estructurales: adopción de normas de gobierno corporativo, auditorías externas independientes y generación de información financiera precisa y oportuna. En este contexto, la asesoría especializada se convierte en una pieza fundamental para preparar a las empresas —públicas o privadas— que deseen acceder a esta vía de financiamiento.

Según César Robalino, gerente de la Bolsa de Valores de Quito (BVQ), una reforma normativa que permita emisiones espejo en mercados internacionales podría atraer hasta $5.000 millones en inversión extranjera directa, generando más de 130.000 empleos en cinco años. Esto abre un espacio técnico valioso para el acompañamiento estratégico de firmas consultoras que entienden la realidad empresarial ecuatoriana.

Sin embargo, el mercado de valores local enfrenta limitaciones importantes: solo el 18 % de las operaciones corresponde al mercado secundario, lo que limita la liquidez y el interés de los inversionistas. Superar este desafío requiere emisores mejor preparados, con estados financieros sólidos, proyecciones creíbles y estrategias de cumplimiento tributario bien definidas.

El papel de entidades públicas como el Biess y la CFN también debe cambiar. Su participación activa como inversionistas institucionales puede dinamizar el mercado bursátil, canalizando fondos hacia empresas con potencial de crecimiento. En países como Chile o Perú, los fondos previsionales lideran las inversiones de largo plazo en infraestructura, innovación y desarrollo empresarial.

Por otra parte, el sector privado debe dejar atrás la percepción de que la bolsa es solo para grandes corporaciones. PYMES y startups también pueden beneficiarse, siempre que cuenten con asesoramiento experto para estructurar sus finanzas, cumplir con la normativa y presentar información clara al mercado.

La modernización del mercado bursátil es más que una política pública: es una transformación cultural, donde el conocimiento técnico, la transparencia y la confianza se convierten en los nuevos activos del crecimiento empresarial. Prepararse desde ahora marcará la diferencia.

Fuente: Diario La Hora